martes, 17 de agosto de 2010

EL


Su alma por el dolor fue penetrada al descubrir su bello e inerte cuerpo en aquel frió lecho como siempre tan hermosa, un sencillo vestido negro que entallaba su figura sus pies descalzos y su rostro blanco y pálido paresia tan solo haber caído en un tierno sueño de no ser por las aterradoras huellas que en sus muñecas. Al escapar el alma le había dejado.


Sin quererlo se escapo el mar de los ojos que hacia siglos no habían ya llorado sintió perder el sentido, ella estaba muerta, la había perdido el se lamentaba mientras descubría cuanto la amaba que gran error avía cometidota pensó que para siempre la tendría a su lado que por la eternidad caminaría junto a sus pasos nunca por mostrarle su amor se había molestado el arrepentimiento recorrió todo su cuerpo desbaratando en añicos sus pensamientos, sintió su alma le abandonaba el cuerpo, despertó pronto de su letargo volvió lentamente su rostro encontrándose con sus ojos de los que durante siglos desvió la mirado, ahora que sus verdes ojos permanecían serrados sentía morir por de ellos ya no poder volver a huir.


Cuantos siglos su corazón llevo oculto en su pecho para evitar sentir más dolor había aprendido a disfrazar su alma, a darle a cada sol una mascara, la razón se convirtió en locura al mirar sus lindos labios color carmesí ahora tan pálidos, los celos de el se apoderaron por la luna que su luz suavemente deslizaba por su pálido cuerpo.


Sintió de tristeza morir, tanto odio por sin ella tener que vivir desgarro sus pieles y mato su alma ahogando los gritos con su triste llanto perdió el valor, se volvió cobarde por ya no tenerla de que a su lado ya no caminaría, ya nunca sus brazos la protegerían y ella no lo sostendría evitando las caídas de su torpe andar.


Se consumió en frenesís la ira, se repechos el ignorar sus abrazos, sus palabras y sus besos, se reprocho el por la soledad ignorar su llanto tembló su monumental cuerpo cayendo de pena en añicos, el dolor le penetro el alma al saber que nunca le había mostrado una pizca de cariño ni agradecimiento alguno.


Su corazón perdió su latido y con amargura pensaba tomando de la muerta las suaves manos: la soledad me consumirá el alma


Sin ti mi vida perderá el sentido se que tus días convertí en martirio por no decirte cuanto yo te amaba hoy en venganza la vida me roba el alma al mostrarme tu triste partida, ten mi corazón envuelto en tus alas deja que el te acompañe a tu cielo, de este moribundo ten misericordia cuanto te agradezco tu compañía en mi infierno, no te lo imaginas has de perdonarme que mi memoria aun mi locura acompañes te mantendré en mi camino egoísta para lograr el andar imaginare tu consuelo, imaginare tus carisias recordare siempre tus besos asta morir de soledad.


Soltó lentamente en su pacho sus manos beso diciendo adiós sus dulces labios, con confusión entre alegría y dolor a sus alas les entrego su corazón y con pasos lentos se alejo del ser que tanto amo.


Nuca fue de nuevo visto a no ser por la noble luna luz que su camino entre sombras alumbra sus lamentos se tornaron mudos por lo que nunca serán oídos a no ser por ella que desde el cielo le cuida dándole aliento para continuar su vida.














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